La cefalea por estímulos fríos, también conocida como “dolor de cabeza de helado”, es un fenómeno que está relacionado con el consumo de bebidas o alimentos fríos. Se estima que afecta aproximadamente al 15% de la población.
Se cree que este tipo de dolor de cabeza se produce debido a una rápida constricción e inflamación de los vasos sanguíneos. Cuando los receptores de temperatura en la boca detectan el frío, se activa una respuesta nerviosa en el sistema nervioso. Esto provoca que los vasos sanguíneos en la parte posterior del paladar se estrechen para evitar la pérdida de calor, lo que puede desencadenar el dolor de cabeza.
La Sociedad Española de Neurología clasifica las cefaleas en diferentes tipos. La cefalea en tensión es la más común, afectando al 66% de la población. La migraña, por su parte, afecta al 15% de la población. Sin embargo, también se ha observado que la cefalea por estímulos fríos afecta a la misma proporción de personas, es decir, al 15% de la población.
Aunque la cefalea por estímulos fríos puede ser incómoda e interrumpir nuestras actividades diarias, no suele ser un motivo de preocupación grave. En la mayoría de los casos, el dolor de cabeza desaparece por sí solo en unos minutos u horas. Sin embargo, si el dolor de cabeza es constante o se presenta en conjunto con otros síntomas, es importante consultar a un médico para descartar otras posibles causas.
Para prevenir la cefalea por estímulos fríos, se recomienda moderar el consumo de bebidas y alimentos fríos. También se puede optar por ingerirlos lentamente o en pequeñas cantidades para permitir que el cuerpo se acostumbre gradualmente a la temperatura fría. Por último, evitar las bebidas demasiado frías o los cambios bruscos de temperatura también puede contribuir a la prevención de estos dolores de cabeza.
En definitiva, la cefalea por estímulos fríos es un fenómeno común que afecta a una proporción significativa de la población. Aunque sus causas exactas aún se desconocen, se cree que está relacionada con la constricción e inflamación de los vasos sanguíneos. Para prevenir este tipo de dolor de cabeza, es importante moderar el consumo de bebidas y alimentos fríos, así como evitar los cambios bruscos de temperatura. Consultar a un médico en caso de persistencia o aparición de otros síntomas también resulta fundamental.