En un intento por modernizar las referencias a la mujer y la familia en la Constitución de Irlanda, se llevó a cabo un referéndum que, desafortunadamente, no logró tener éxito. La influencia de la Iglesia católica en la votación fue evidente, a pesar del apoyo del primer ministro Leo Varadkar y otros partidos principales.
A pesar de los esfuerzos y el respaldo de figuras importantes, como el ministro de Transportes, la consulta no logró convencer a la mayoría de los votantes. La participación fue sorprendentemente baja, sin superar el 50%.
En el referéndum se plantearon dos preguntas sobre la definición de familia y el papel de la mujer en el hogar. Sin embargo, los críticos consideraron que las formulaciones eran vagas y criticaron la eliminación de las palabras “mujer” y “madre” del texto constitucional.
El primer ministro Varadkar había advertido que una victoria del no representaría un retroceso para el país, pero parece que la mayoría de los votantes no estuvieron de acuerdo con esta postura. A pesar de las discusiones y debates previos, la propuesta de modernizar las referencias a la mujer y la familia en la Constitución no logró el respaldo necesario para ser aprobada.
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