El último aumento del Salario Mínimo Interprofesional ha generado un grave conflicto entre los empresarios y el Gobierno en España. Según los datos más recientes, la productividad ha disminuido un 3,8% desde 2018, mientras que el SMI ha experimentado un incremento del 54% en el mismo periodo.
Este incremento del SMI ha agravado la situación para las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas, ya que en comparación con otros países, su productividad se ha mantenido estancada desde 2015 y está un 9,6% por debajo de lo registrado en 2009.
Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, ha denunciado que en las discusiones públicas sobre este tema, los empresarios presentan argumentos económicos, mientras que el Gobierno solo les responde con argumentos políticos e ideológicos.
Además, el crecimiento económico en España ha sido solo del 2% y la productividad ha disminuido un 3,8%, mientras que el SMI ha experimentado aumentos incluso por encima de la inflación.
Según los datos presentados por Cepyme, la subida del SMI en los últimos años ha impedido la creación de cerca de 163,000 empleos. Esta situación afecta de manera diferente a las empresas según su tamaño, sector y ubicación geográfica, siendo más perjudicial para las pymes.
Las empresas más pequeñas tienen menos capacidad para absorber el aumento de los costos salariales y se ven afectadas tanto económicamente como en la gestión de sus recursos humanos. Estos incrementos en los costos salariales limitan su capacidad para invertir, contratar más personal y competir en el mercado.
En resumen, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional ha generado un conflicto entre los empresarios y el Gobierno en España, debido a la disminución de la productividad y sus repercusiones negativas en las pymes. Se espera que este debate continúe mientras se buscan soluciones para conciliar los intereses de ambas partes.