La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha llamado a reducir el consumo de energía en la elaboración de productos y servicios. Según von der Leyen, la energía representa el 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y es fundamental reducir esta cifra.
En este sentido, la Unión Europea ha anunciado una inversión de 2.300 millones de euros del presupuesto comunitario para apoyar la transición energética de países terceros. Esta inversión busca impulsar la implementación de energías renovables y fomentar el uso eficiente de la energía en la producción de productos y servicios.
La iniciativa de reducir el consumo de energía y apostar por fuentes renovables no es nueva. Hace ocho meses se lanzó la idea de establecer objetivos mundiales en energías renovables y eficiencia energética, y hasta el momento, 118 países se han sumado a esta iniciativa.
La presidenta von der Leyen hace hincapié en la importancia de fijar objetivos globales en energías renovables y eficiencia energética, ya que considera que solo se logra lo que se mide. En este sentido, insta a todos los países a unirse a esta iniciativa y trabajar juntos para combatir el cambio climático.
La transición hacia una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente es necesaria, no solo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también para garantizar un futuro más saludable y próspero para las generaciones venideras.
La apuesta por las energías renovables y la eficiencia energética no solo contribuirá a la lucha contra el cambio climático, sino que también generará nuevas oportunidades y empleos en el sector. La inversión de la Unión Europea en la transición energética de países terceros abre nuevas puertas para un futuro más limpio y sostenible.
En conclusión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hace un llamado a reducir el consumo de energía y apostar por fuentes renovables en la elaboración de productos y servicios. La inversión de la Unión Europea en la transición energética de países terceros demuestra el compromiso de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.
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